Chile - Intelligence


UNIVERSIDAD DE CHILE
INSTITUTO DE CIENCIA POLITICA

"ANALISIS DE INFORMACIÓN:"

CARACTERISTICAS - METODOLOGIAS - PROYECCIONES -

Prof. Ulises A. Faúndez
Académico
Instituto de Ciencia Política
Universidad de Chile

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El Prof. Faúndez es Geógrafo, especialista en Teledetección y Magister en Estudios Internacionales por la Univ. de Chile. Diplomado en Tecnología Espacial y Defensa (GDTA-CNES). Diplomado en Política Tecnológica (F.H.K.). Diplomado en Análisis de Información Tecnológica (NSB) y Diplomado en Planificación Estratégica(ONU).

I n d i c e

I. Marco Teórico General
II. Características del Proceso
III. Perspecitva Psicológica
IV. El Problema Analítico
V. Análisis y Producción
VI. Categorización de Procedimientos Analíticos
VII. Análisis del proceso de INTERLOCUCIÓN
VIII. Definición de Unidades de Análisis
IX. Operatoria Específica del Análisis de Contenidos y Mensajes
X. Deficiencias y Fallas en el Proceso de Análisis
XI. Conclusiones Específicas y Genéricas
XII. Bibliografía

I. MARCO TEORICO GENERAL.

El inicio del Siglo XXI está definido por la creciente circulación de flujos de datos e informaciones, cuya cuantía suele escapar a la capacidad de aprehensión normal de las personas, mas aún cuando se trata de áreas o sectores especializados del conocimiento. Por tanto, los procesos de gestión y resolución se ven atiborrados e influidos por dicha circunstancia, surgiendo, en consecuencia, la necesidad de discriminar con certeza dentro de grandes volúmenes, con el propósito de extraer, mediante adecuados procesamientos, aquellas informaciones principales, atinentes y útiles que permitan mejor resolver dentro de los procesos de toma de decisiones. Dicha realidad genera dos situaciones específicas; por una parte, el creciente posicionamiento de la profesión de analista, -(consolidada y potenciada por sistemas informáticos), y, por otra, el perfeccionamiento de sus metodologías de trabajo analítico que le ayuden a alcanzar mayores niveles de eficiencia, con mínima inversión de tiempo y recursos, para el mejor aprovechamiento de datos e informaciones disponibles.

Todo lo expuesto, junto a la experiencia mundial en este ámbito, lleva a pensar que, en los actuales asuntos de Información, no hay fase que sea más importante que aquella que estudia la relación entre los productores y los consumidores de información procesada. Esta relación no se establece de manera automática, sino que es el resultado de un esfuerzo consciente de búsqueda de una vinculación positiva y sinérgica entre las partes mencionadas.

II. CARACTERISTICAS DEL PROCESO.

Sobre el particular, se han identificado 4 puntos claves para definir lo que toda decisión político-estratégica necesita para alcanzar sus objetivos:

Por consecuencia, los analistas no deben laborar solos, sino organizados y agrupados en equipos de trabajo, al amparo de una Agencia o Empresa (sea pública o privada), eso se debe a varias razones, entre las que destacan: la especialización por áreas y temas, la disponibilidad de archivos y bibliotecas, junto a la continuidad en el tiempo de un tipo de actividad que se caracteriza por el estudio sistemático, permanente y pormenorizado de su área temática. La dinámica del trabajo indica que las informaciones se reúnen y canalizan hacia jefaturas y coordinaciones de nivel superior, lo que permite una visión mas completa, de conjunto, simultánea, actualizable y almacenable en archivos interactivos.

La experiencia internacional, indica además, que el análisis ha evolucionado desde la simple recopilación y lectura de textos hasta la actual interpretación proyectiva(o prospectiva); ello significa que el análisis ha logrado ser reconocido como una actividad intelectual que se equilibra entre una base académica junto al cultivo de la virtud y el arte de perfeccionar capacidades profesionales por parte del analista, gracias al empleo de métodos y procedimientos que le permiten separar lo principal de lo accesorio y lo trascendental de lo pasajero o superfluo.

Es esta condición de experiencia profesional, junto a la habilidad inductiva-deductiva, lo cual le otorga a veces un carácter "misterioso" y ya que tradicionalmente el trabajo se realiza bajo condiciones de confidencialidad, muchas Autoridades suelen desconfiar de sus apreciaciones y previsiones que, en esencia, sólo buscan orientar y alertar frente a posibles riesgos. Como las autoridades muchas veces tienen asesores directos que también les informan, suelen producirse diferencias entre sus opiniones y el contenido de los reportes de información procesada, lo que agrega un factor adicional de pugna e incertidumbre en el decisor. Por todo lo dicho, el producto del análisis debe ser transmitido en un lenguaje sencillo, directo, sin ambigüedades y con un orden lógico que resista cualquier crítica o duda, especificando claramente lo que se sabe, lo que no se sabe y las opciones respecto de lo que podría suceder a futuro, si no surgen variables independientes externas que cambien el escenario.

Existen muchos tipos de análisis, tales como: el análisis de oportunidad, que busca establecer el mejor momento para una decisión, el análisis de valor agregado, que busca potenciar el valor del significado de informaciones aparentemente inconexas o, en el campo de defensa, el análisis de objetivos, que permite no sólo identificar un blanco, sino, además, el mejor modo de abatirlo al menor costo posible. A este respecto, la tecnología de vanguardia está colaborando con datos valiosos y precisos que sirven de materia prima para el analista, obtenidos por instrumentos cada vez mas sofisticados.

En consecuencia, en palabras del antigüo estratega chino TSE MA: "no se puede decir que la verdad cambia como la dirección del viento; lo importante es saber la magnitud del viento y sus posibilidades de volver a cambiar de dirección". Entonces, un analista puede ser escuchado o no, pero si su trabajo es un producto de buena calidad, el tiempo se encargará de darle la razón.

Al trabajar, el analista utiliza todas las informaciones y datos que él y otros han reunido y aplica sobre ella su capacidad profesional para organizar lo disponible, sintetizar la esencia de los contenidos y elaborar informes destinados a satisfacer las necesidades de saber del usuario. Posteriormente, otras personas realizarán la difusión del producto terminado.

Sin embargo, a pesar del incremento de apoyos tecnológicos y la especialización de los organismos de búsqueda, los analistas continúan jugando un rol crítico porque son quienes crean Inteligencia, un producto terminado para el apoyo directo a la toma de decisiones. No obstante, el paso del tiempo también está planteando nuevos desafíos para los analistas, en la medida que la sofisticación de los sistemas les obligan a perfeccionar y multiplicar los procedimientos de su tarea. Es el caso de la evaluación del significado de eventos y elementos intangibles, tales como la moral y la perspectiva sicológica de un grupo humano bajo estudio. Una tarea fundamental, como ya se dijo, es determinar, "qué se sabe y qué no se sabe efectivamente" sobre algo o alguien y en base a ello, establecer las posibilidades de maniobra de un sujeto-grupo, o bien, el probable desarrollo futuro de una situación. Es por ello que el análisis aparece en algunas ocasiones, como un proceso ambiguo, porque son demasiadas y múltiples las variables que deben ser consideradas para la organización del conocimiento disponible, así como las herramientas metodológicas a utilizar en su proceso.

La vorágine del tiempo es el principal adversario del trabajo analítico, porque los decisores requieren respuestas prontas, puesto que el factor incertidumbre es percibido como una amenaza y una vulnerabilidad. De allí que la capacidad creativa del analista para procesar con rapidez, sin perder el hilo conductor de una situación, -en el menor tiempo posible-, es un logro deseable, pero que requiere experiencia profesional, conocimiento metodológico y vocación personal para permitir que el proceso no se desvíe del objetivo original, que no es otra cosa que la indicación del Jefe directo o la petición explícita del decisor político.

III. PERSPECTIVA PSICOLOGICA.

El hombre parece ser el único animal que "entiende que sabe" y, en consecuencia, el proceso de análisis es un tipo de trabajo profesional "sui generis", especial, donde un proceso mental, llevado al máximo de las capacidades humanas, demuestra las fronteras del altruismo, la devoción por la búsqueda de la verdad y una síntesis cultural, como en ninguna otra profesión. Los secretos de su cultivo residen en la perseverancia serena, la búsqueda entre la diversidad y el seguimiento sistemático del funcionamiento de diversos procesos cognitivos. La profesión de analista emerge entonces con especial énfasis en un tiempo cuyo signo es la abundancia de datos e informaciones que complican los procesos decisionales y donde los escépticos no se atreven a entender la esencia de su carácter; esa función natural del cerebro humano, capaz de generar modelos creativos, establecer las expectativas de la relación causa-efecto y la elaboración de procesos para jerarquizar premisas. Cada vez es mas frecuente preguntarse por la localización del error, por las fallas de la modelización en lo substancial, por la validez de la experiencia y la cambiante faz de lo que se espera de esta profesión, con sus significantes culturales y la búsqueda de un equilibrio óptimo entre raciocinio y proceso adaptativo, porque "cada caso, es un caso".

Una importante corriente de reflexión psicológica trabaja bajo la idea que los paradigmas cognitivos son un adecuado marco conceptual bajo cuyo desarrollo se entiende la convergencia del pensamiento, el lenguaje, la comprensión y las categorías que explican la configuración de un complejo proceso mental. Sin embargo, se evidencia que existen estructuras profundas e inobservables que son de difícil entendimiento, en especial cuando se trata de sistemas de comunicación, signos comunicacionales y analogías con procesos humanos superiores, como pretende la inteligencia artificial.

La idea de la mente humana se acepta entonces como un sistema, que DEBE procesar información para permitir la ocurrencia de los demás procesos mentales, en particular los vinculados con la elaboración de representaciones, que llevan en sí, códigos y símbolos que buscan asimilarse a la imagen de sujetos activos y que no limitan a responder pasivamente a estímulos del MEDIO. El individuo así "capacitado" por su mente, debe ser considerado como un ente activo, dotado de capacidades para establecer metas, adoptar decisiones, planificar estrategias, interactuar y, en suma, asociar factores abstractos y empíricos, de modo que en su discurrir se genere una suerte de coherencia interna, capaz de resolver situaciones consideradas problemáticas o de solución variable. Dicha proyección, aparece empero, parcialmente restringida por la naturaleza del sistema de ideas, la calidad de los datos disponibles, los recursos mentales de procesamiento y la capacidad de memoria, todo ello sucediendo de modo SERIAL en vez de PARALELO, para permitir la resolución de situaciones consideradas problemáticas, en base a: PREPARACION, PRODUCCION y JUICIO.

En cada una de las múltiples perspectivas resultantes, la descripción de hechos observables hace preguntarse al analista: ¿es aquello lo que realmente sucede?. Tal vez hay información de superficie disponible respecto de fenómenos de naturaleza interdependiente pero, no es menos cierto que la información que se obtiene en relación con la dependencia causal de hechos observables siempre será incompleta, porque el esquema de comparaciones entre modelos y hechos concretos no siempre demuestra correspondencia. Se evidencia una ambigüedad lógica y también una perspectiva de realidad formadas por infinitas componentes, algunos manifiestas y otros como fenómenos sólo intuíbles. Por consecuencia, no es fácil decir "donde está el eje si no se evidencia la periferia" y ello se debe a que, entre el pensar y el observar hay distancias reales y distancias conceptuales, como expresiones variadas de la intuición mental a lo que se agrega la natural imposibilidad humana de acceder al fondo absoluto de las cosas.

Por lo tanto, no es posible obtener conocimiento útil de un hecho aislado si se desea entender el todo, (la inferencia suele ser riesgosa). Es preciso entonces formar en la mente un modelo completo para acercarse al conocimiento y desde allí intentar se precise con certeza, una forma creativa de relación entre SUJETO, OBJETO, ENTORNO y ANALISTA, para lograr un alcance efectivo del estudio de la realidad. Sólo desde allí será posible responder por la eterna duda del SER y el TRASCENDER, su medio, sus problemas y sus posibilidades de solución.

Por lo antes descrito, el analista de este tiempo debe ser un profesional autoconsciente de sus mejores capacidades para emplear el proceso de razonamiento y, a la vez, debe accionar principalmente en el empleo del COMO para simplificar lo complejo y hacer claridad donde otros se debaten en la incertidumbre. Sus armas metodológicas deben ser guiadas por la revisión crítica de los fenómenos bajo estudio, por la estrictez en el empleo del método científico y por la calidad de las múltiples vertientes cognitivas que permiten revalorizar el producto de diversas interconexiones de resultado de información, determinando ejes de análisis y modelos de análisis.

Entonces,lo anterior obliga a aceptar que existen tres desafíos cognitivos que todo analista debe vencer:

En cuanto a los ejes de análisis, éstos se definen como cadenas de inferencia y procedimientos, capaces de generar alternativas frente a un procesos complejos, sólo diluscidables a través de esquemas mentales, capaces de interpretar la realidad y apoyar esquemas conceptuales. No siempre la abundancia de información potencia la validez de un análisis y las trampas cognitivas se expanden en la medida que la interrelación informativa crece, potenciada por la revolución informática. Esto ha obligado a investigar con mayor fineza los procesos mentales, sus límites biológicos y la creciente tensión a que son sometidos los analistas. Pero este profesional no siempre "sabe lo que sabe" y a veces se resiste a aceptar "que no sabe"; de allí la necesidad de priorizar el empleo de técnicas analíticas precautorias, capaces de suplir múltiples carencias, debilidades y prejuicios que atentan contra la fiabilidad del producto de información procesal. Los analistas deben asumir que tienen que entender el discurrir mental de personas discímiles, imbuyéndose en determinadas situaciones, desde la perspectiva "del otro", donde el entrenamiento profesional no basta y sólo una mente abierta y flexible es capaz de ponderar, sopesar y rectificar de modo oportuno. El analista debe ser capaz de valorizar el impacto que produce toda nueva información, como parte de un proceso que busca determinar lo desconocido, ponderando las cadenas de inferencia, los puntos de vista y los riesgos del juicio, para evitar un "escalamiento hostil" que se proyecte hacia errores capitales, o bien "percepciones selectivas" que distorsionen los mecanismos de interpretación. Finalmente, cabe citar el desarrollo de los métodos nemotécnicos, como expresiones necesarias para codificar asociatividades y enlazar cadenas de ideas, haciendo innecesaria la memorización de ingentes volúmenes de datos a la vez que valorizando con ponderación las "primeras impresiones", que suelen influir en la credibilidad, la importancia atribuída y el ordenamiento lógico de ideas y perspectivas, capaces de explicar orientaciones mentales producidas por efectos de demostración, narrativas plausibles y vías alternativas para mentalizar un asunto o problema, libre de ambigüedades y construcciones idealistas.

Sin embargo, lo antes expuesto no logra alcanzar un nivel intelectual autosustentable, si no se le remite a un Modelo de Análisis, es decir, a un esquema genérico de ideas que busca representar las bases teóricas de la organización del proceso analítico, capaz de servir de "patrón de comparación" y referente último respecto de la aproximación axiológica y ontológica que se defina respecto de la realidad. En consecuencia, todo profesional del análisis debe considerar la omnipresencia de un mosaico de desafíos intelectuales que, cual obstáculos silenciosos, aguardan al desprevenido para enfrentarlo con una realidad psicológica irreductible: pequeñas partes de información serán el punto de inicio para la percepción de la realidad; pequeñas piezas de un gran rompecabezas deben realinearse con la dinámica temporal del cambio contínuo; gran capacidad cognitiva será de indispensable ayuda para superar las dificultades de una vorágine que se debate entre lo plausible y lo analógico. En síntesis, el analista debe hacer honor a una vieja frase que, por sabida, no deja de ser cierta: "las mentes son como los paracaídas, sólo funcionan cuando se abren".

IV. EL PROBLEMA ANALITICO.

Durante años y como fenómeno mundial, han prevalecido dudas sobre la credibilidad del "producto de información", principalmente porque muchos analistas han hecho prevalecer su calidad de expertos por sobre su rol de procesadores. Esto es básico para entender que la máxima "Poco, bueno y a tiempo" de los años 40 no es suficiente y que debe ser complementada con el término "útil". También se han ido diversificando los tipos de producto de información procesada, que consideraban tradicionalmente dos: trabajos específicos sobre un tema y/o, informes periódicos sobre temas generales por áreas de interés; este último tipo de producto requiere que el usuario sea un excelente lector y un mejor correlacionador entre informes, para permitirle la mantención de un hilo conductor entre períodos o lapsos de información. La tendencia actual se orienta al usuario, es decir, al verdadero tipo de información que un decisor requiere, mas allá de formatos o hábitos de procesamiento; lo que algunos llaman "Estimaciones de Inteligencia". Este ambiguo término, para los no conocedores, debe contener dos elementos: hechos y contexto, lo que implica la necesidad de asociar ambos y desde allí, establecer rangos de probabilidad, tales como: "probable, dudoso, altamente improbable, riesgoso, etc.". Esta modalidad es estadísticamente imprecisa y proviene de la subjetividad humana de apreciación, en base a lo disponible, en la imposibilidad de adivinación del futuro.

No obstante lo anterior, en la medida que el decisor es de mayor nivel y puede disponer de varias fuentes de información, la modalidad descrita adquiere valor en cuanto representa una opción y una visión interpretativa de lo conocido, respecto de lo esperado. Ello no es tan válido, por ejemplo, para el campo de defensa donde un pequeño error puede significar la vida o la muerte de un grupo de combatientes. En mucho influye la capacidad y acertividad de los organismos de búsqueda y como ya se ha visto, la relación con ellos debe ser de mutua y estrecha confianza, porque la visión no puede ser ni horizontal ni vertical, sino central o periférica, en una serie de anillos imaginarios que se acercan progresivamente al eje o meollo de un asunto, con el mínimo de manipulación posible. Los viejos analistas imaginaban, a principios de siglo, que la confiabilidad de la información tenía forma de pirámide y mientras mas amplia era su base, mejor comprobada estaba una información. Eso pudo ser cierto en algunas oportunidades, pero en la actualidad, cuando las fuentes se multiplican y el flujo de datos se hace inmanejable, es obvio que el procesamiento debe cambiar su modalidad porque las condiciones prácticas y el tiempo disponible han instaurado dos requisitos insoslayables: tiempo real y precisión de objetivos.

Para algunos, un método no va desplazando a los otros sino que se ha ido construyendo un escalonamiento progresivamente complejo, que se abre como un abanico de posibilidades para que el analista escoja, de acuerdo a la situación planteada; es el caso de utilizar o no hipótesis de trabajo o solamente ordenación mecánica y clasificación tradicional. Si se acepta este tipo de operatoria, se debe tener una base racional frente al objetivo o problema en estudio, donde la extrapolación y la interconexión de hechos y actitudes sean los mejores indicadores del rumbo que debe tomar el procesamiento, el nivel de sensibilidad del trabajo y las necesidades de saber del usuario. En síntesis, cuando se exploran opciones de futuro, las variables internas y externas al problema son infinitas y, por lo tanto, se debe aceptar que el "factor imponderable" (también conocido como el "factor X") puede surgir donde y cuando menos se lo espera; de allí la necesidad de estudiar la visión prospectiva como una disciplina separada, de valor científico, seria y profunda, que privilegie lo conceptual y la esencia, mas allá de analogías y relevancias temporales.

Por otra parte, existe un crecimiento no bien dimensionado de las futuras tareas y espectativas que se proyectan para el analista del futuro. Es evidente que todo apunta a un incremento de su rol y una redefinición de los productos que se le solicitarán; es decir, por una parte se le obligará a ser un prospectador de redes de fuentes abiertas, a partir de lo cual dirigirá la colección y la producción de inteligencia y, por otra, ocurrirá un segundo cambio paralelo al anterior, que perfilará al analista como un administrador de recursos de información, que no lo sabe todo, pero maneja derroteros para encontrar "materia prima" destinada a la producción de información útil. Al mismo tiempo, tendrá un mayor control sobre proyectos de investigación y desarrollo, en temas cada vez mas específicos, tal como sucede en el mundo académico.

Al mismo tiempo, el nuevo analista será un administrador de relaciones de consumo de información, con tres (3) tareas primordiales:

Lo anterior significa que el analista, -mas allá de una relación creciente con el usuario-, aumentará su importancia efectiva y se transformará, de hecho, en una autoridad en su campo, sobrepasando con creces el nivel de experto en un tema o área.

Por consiguiente, la profesión de analista, a diferencia de otras profesiones, requerirá cada vez más de una formación intelectual, metodológica y cultural de la mayor excelencia imaginable, incluso de requirente de capacidades innatas que le permitan ser competitivo frente a la vorágine que significa la "explosión de la información", que se desplaza como una avalancha de nieve en crecimiento y desconcierta a los decisores por su volumen y complejidad.

Finalmente, la responsabilidad última de este nuevo modelo de analista será la de administrar "capacidades de clasificación", donde se reúnan tecnologías de punta, procedimientos únicos de su profesión y el desarrollo de habilidades individuales para separar lo primordial de lo prescindible en tiempo real y no en tiempo absoluto, como se piensa hasta hoy. Eso significa que algo considerado pivote puede llegar a ser accesorio o "para archivo", de un día para otro, sin que dicho dato pierda su validez en sí o su capacidad de explicar una situación del pasado. Por conclusión, será la circunstancia la que determinará al usuario y éste solicitará del analista las respuestas y bases argumentales para reaccionar con acierto. Muchas Instituciones aún no aceptan que este proceso ya está en marcha, pero los fríos hechos y los próximos estruendosos fracasos dirán, por sí mismos, quien tenía razón.

Desde el punto de vista de su trabajo práctico y específico, el nuevo modelo de analista deberá ser capaz de: flexibilizar y reinventar los "centros de gravedad", -preocupándose especialmente de la literatura "gris"-, las publicaciones especializadas periódicas, las oportunidades de posicionar ventajas, y validar prioridades, trabajando en contra del escaso tiempo disponible para descifrar planes e intenciones. El desafío es, por tanto, aumentar la certeza y la oportunidad de la producción, sin el desfase de la obsolescencia, pensando que casi siempre el destinatario es un generalista, de cultura alta o media, (pero de tipo) y no necesariamente un especialista o erudito en todos los temas, lo que le obligará a manejar el idioma con particular precisión y sencillez.

Una vez recibida la información de las diversas fuentes y de los asistentes de búsqueda, la clasificación tradicional consideraba: medio, ubicación, tema, lenguaje y nivel de clasificación. Las nuevas condiciones de trabajo ya descritas, obligan a desarrollar una segunda línea de criterios para clasificar el conocimiento: conectividad, contenido, ámbito de cultura, recursos involucrados, así como nivel de sensibilidad y pertinencia respecto de los factores C4I, entre otros. Este nuevo "tamiz" es indispensable para satisfacer las nuevas "reglas de juego", que se han generado, en la medida que la información se convierte cada día mas en una fuente de poder fundamental, que determina el curso de los acontecimientos y cuya abundancia es amplia, en forma de datos, pero muy escasa como producto terminado de información procesada, aún cuando el 80% proviene de fuentes abiertas, como ya se dijo.

Hasta la década de los 70, las fases de ordenamiento, clasificación y similares, previas al análisis, eran realizadas por personal especializado en archivos, bibliotecas y centros de documentación, pero en el hecho, lo realizaban analistas básicos que sintetizaban los textos o documentos de gran volumen para incorporarlos en bases de datos no siempre explotadas en plenitud. El analista procedía entonces a tomar estos resúmenes y compararlos con un flujograma metodológico lineal que lo llevaba hasta una síntesis definitoria del problema en estudio, a partir de lo cual era posible deducir conclusiones, conjeturas, posibilidades y recomendaciones al usuario. Este modelo de análisis tiene básicamente dos inconvenientes; por una parte, el analista debe confiar en la acertada labor del sintetizador previo y por otra, no es evidente ni sencillo aplicar esquemas de refutación, auto-cuestionamiento y diseño creativo de hipótesis, ya que, los antecedentes están orientados en un solo sentido de pensamiento. Hasta esa década existía la convicción entre muchos analistas, de diversos países, que la tecnología no era ni sería capaz de intervenir positivamente en su trabajo; es objetivamente cierto que las máquinas no piensan, pero, adecuadamente programadas, pueden acelerar el proceso de disponibilidad y acceso a datos o asuntos específicos con un considerable ahorro de tiempo. Del mismo modo, el centro o eje del proceso era cualitativamente llevado por el analista y sus capacidades profesionales, dejando a su experiencia y buen juicio la apreciación y valoración de los elementos y factores intervinientes en un problema.

Durante la década de los 80 y años posteriores, el avance informático, tanto en equipos tecnológicos como programas, se perfeccionó y comenzó a ofrecer aportes concretos para los procesadores de información, en sus diversas facetas de trabajo.

A partir de ese tiempo, el problema sigue siendo entregar el mejor producto de información posible a un decisor apremiado por su circunstancia particular, quien debe ser acertivo y ganador para cumplir cabalmente con su rol. Por su parte, el analista se ve enfrentado a grandes y crecientes volúmenes de datos e informaciones que deben ser contrastadas para determinar su pertinencia respecto de determinado asunto en estudio, pero ningún cerebro humano normal es capaz de procesar esos enormes volúmenes, en especial para cumplir las siguientes tareas:

Lo anterior retrotrae entonces el problema a la condición sinérgica de la interacción hombre-máquina y, sólo una adecuada capacitación del personal ejecutivo permitirá el diseño de proyectos de análisis y modelos de procesamiento, capaces de ayudar en la conceptualización definitoria entre: importancia relativa de la información, en sí, e influencia de la misma en el discurrir del análisis según los requerimientos del usuario. Simultáneamente continúa expandiéndose por el mundo el ambiente computacional "window", que hizo mas accequible al usuario respecto de complejas bases de datos y redes internacionales como Internet, lo cual permite, hasta hoy, el despliegue exitoso de grandes volúmenes de información, su permanente actualización y, al mismo tiempo, la priorización de aquellos elementos gravitantes en algún asunto específico, debido a la capacidad incremental de establecer relaciones entre tipos de fenómenos, sus causas y sus condicionantes. Por su parte, los nuevos programas computacionales no resuelven el trabajo analítico por sí, pero son capaces de conjugar el aporte tecnológico con las destrezas del analista, a la vez que plantean un desafío profesional a este último, imponiendo necesidades de capacitación técnica y el diseño de nuevas metodologías de procesamiento y producción que garanticen resultados cada vez mas útiles para la mejor decisión de los usuarios.

Como ejemplo de lo anterior, diversas empresas transnacionales que diseñan, fabrican y comercializan programas computacionales de nivel científico han creado los denominados "textoanálisis" que son aplicaciones estandarizadas de estructuras lógicas, organizadas en red, que permiten descomponer un problema u objeto de estudio en, a lo menos, seis aspectos que deben ser estudiados en el proceso de análisis:

En consecuencia, el analista está en condiciones de minimizar el tiempo necesario para su trabajo formal y rutinario, dejándose mas tiempo para reflexionar y diseñar la estructura de la fase de producción de información final.

En 1999, surgen los primeros "texto-análisis de lógica y coherencia completa", destinados no sólo a los analistas tradicionales, sino, a editores de prensa, investigadores de todas las Ciencias, analistas financieros, juristas, politólogos y gestores de capitales en las bolsas de comercio. Desde esa fecha, el consumo de este tipo de programas ha sido exponencialmente incremental, por cuanto los analistas han comprobado que la máquina no reemplaza al hombre pero, le permite poner en evidencia: términos lingüísticos de importancia, palabras claves y jerarquización de términos, debido a su presencia recurrente en los documentos estudiados. No obstante, cualquiera sea el área temática o el nivel tecnológico disponible, se está en presencia de procedimientos y apoyos instrumentales, donde el soporte a la gestión es un acicate para superar obstáculos de apariencia irreductible pero cuyo determinante matriz es la capacidad humana para extraer las conclusiones mas precisas.

V. ANALISIS Y PRODUCCION.

Un elemento adicional que complica aún más el intrincado panorama antes descrito es la proliferación exponencial de la denominada "literatura gris", la cual, procesada por expertos de alta capacidad, puede ayudar a entender hechos y situaciones pero, que no es siempre accesible en el fondo, para todos los analistas. Se entiende por literatura gris toda aquella información o grupo de datos que se exponen sin comentarios ni orientaciones explícitas, respecto de un tema, sea éste académico, estadístico, financiero, de almanaque, directorios telefónicos y de empresas, etc. Lo anterior quiere decir que su interpretación puede ser variada, dada su apariencia amorfa, pero en cuyo interior subyacen claves de información sólo discernibles por expertos y analistas de larga experiencia; su origen puede ser diverso y su intención indefinida en la apariencia, pero una cifra entre miles o una frase entre centenares, pueden dar la clave de intenciones, dentro de una situación bajo estudio.

Por eso, se insiste que para el analista continúan surgiendo nuevos desafíos: buscar nuevas formas de interpretar lo relevante, identificar él o los expertos más calificados para jerarquizar el valer del documento bajo estudio, comprender y valorizar el nivel de las citas bibliográficas del autor, definir preguntas trascendentales que deberán ser respondidas antes de continuar, etc. Todo ello, ha motivado la aparición de prósperas empresas transnacionales de Información para Inteligencia, tales como JANE'S, OXFORD ANALYTICA, SIPRI, SPOT IMAGE y algunos Centros Universitarios de prestigio internacional.

El producto obtenido del procesamiento de fuentes eruditas tan diversas, contiene dos tipos de elementos: por una parte, la evolución de la capacidad analítica para obtener lo esencial y por otra parte, la asociación única de datos y hechos que pueden explicar y sostener la veracidad de las conclusiones y proposiciones que se envían al decisor. Es este "valor agregado" lo que le otorga al documento o producto elaborado un determinado nivel de confidencialidad, porque representa la puesta en evidencia de circunstancias que otros no perciben y por lo tanto surge por sí, un valor de uso que otros no disponen, aún cuando inviertan ingentes cantidades de dinero en equipos de análisis mal entrenados, novatos o mal dirigidos.

La mejor manera de obtener la producción de óptimos análisis es disponer de analistas de alta calidad profesional que efectúen el proceso; ésto significa proveer un flujo de recursos humanos que se constituya en una "carrera profesional", que atraiga a las mejores mentes jóvenes para formarse y desarrollarse en los diferentes niveles y especialidades del análisis. Una formación académica básica es imprescindible, como también una formación profesional acorde al área o tema que desea ser estudiado. Este es un proyecto de largo aliento que entraña años de preparación y experiencia, indistintamente de los contratistas o de la autoridad política de turno en los gobiernos, puesto que se trata de entregar lo más cercano a la verdad y jamás lo más cercano a la adulación ya que, una cosa es estudiar el desarrollo de un proceso político y otra muy distinta es involucrarse en él. Por todo lo anterior, es necesario proteger la profesión encargada del procesamiento de informaciones respecto de situaciones contingentes y recurrentes, tales como el parroquialismo, el clientelismo, la militancia subjetiva y la politización abierta, vicios todos éstos que deforman el acceso a la verdad y transforman el procesamiento de información en simples opiniones respetables, pero de escaso valor para decisiones equilibradas. Ello es especialmente verdadero para situaciones como el manejo de crisis y la alerta temprana, donde un procesamiento frío y de la mayor objetividad posible producirá las mejores opciones para optar en una situación de emergencia.

Una tendencia que se asocia a la especialización creciente es la formación de "grupos pensantes" al interior de las agencias, que son distintos a los "equipos de trabajo" circunstanciales que se forman frente a situaciones críticas. Estos "grupos pensantes" son dirigidos por un analista experimentado a cuyo cargo se integran uno o dos analistas novatos y uno o dos analistas de relativa antigüedad; su modo de trabajar consiste en la mantención de un plan de análisis faseado en corto, mediano y largo plazo que actúa como un rompecabezas, el que jamás se completará, pero cuya mejor descripción y entendimiento es la puesta al día permanente mediante el procesamiento sostenido, junto a la realización de a lo menos dos reuniones diarias de discusión en las que ojalá se contrapongan perspectivas diferenciales que ayuden a encontrar la verdad; en estas reuniones, cada analista debe disponer de períodos máximos de 5 minutos para demostrar su capacidad de síntesis y la precisión de sus mejores conjeturas y puntos de vista. Luego de dos o tres rondas de opinión, el Jefe del grupo ya se ha formado un concepto y puede reorientar o profundizar el proceso de análisis, encargando a uno o dos de sus colaboradores la redacción de las conclusiones y proposiciones, si corresponde. No se debe olvidar que actúa contra el tiempo y que nuevas situaciones o antecedentes siguen aconteciendo, las que pueden alterar lo concluido hace pocas horas o el día pretérito.

Lo anterior, lleva a reflexionar a cerca de la validez y vigencia de un determinado informe, sobre lo cual se debe tener presente que, para cada situación o problema el tiempo de plena vigencia será distinto, según se aceleren o congelen los acontecimientos; esto es especialmente válido para las operaciones de cualquier campo del poder nacional en las cuales la correcta interacción entre gestión y apresto de grupos de tarea para el trabajo analítico, dan la clave del éxito o fracaso de una compleja gestión sea disuasiva o contestataria. Al mismo tiempo, la dosificación pública de las informaciones puede acelerar o frenar una crisis, "ganar la paz" o dar la espalda a un punto de no retorno; en cualquier caso, como se aprecia, son múltiples y variados los modelos posibles de aplicación de la tarea analítica y en cada uno de ellos, el factor CREATIVIDAD es imprescindible para evitar que la situación escape de control, porque en este ámbito, los errores son los más caros e irreversibles que una empresa, institución, país o coalición pueden sufrir.

No obstante lo anterior, es indispensable insistir en las renovadas modalidades específicas de trabajo que debe emplear el analista en su labor cotidiana. Formalmente, debe planificar, definir y orientar sus objetivos y métodos; posteriormente reunir la información disponible, para luego proceder a su interpretación, extraer conclusiones o definir hipótesis de futuro (según corresponda); a partir de ello será posible proyectar los resultados; dentro de esa labor, es destacable la gravitación de la tarea de INTERPRETACION, donde se exige de este profesional el ejercicio de sus mejores condiciones de juicio metodológico y vocación personal, sobre todo en lo referido al análisis de contenidos y, dentro de ellos, la identificación de los mensajes que allí se incluyen, entendidos éstos como las ideas-fuerza esenciales propuestas en el texto y muchas veces como los signos que denotan los objetivos últimos que se persigue entregar al receptor (lector, espectador, televidente o simple destinatario).

Tanto el análisis de contenidos como el de mensajes, focalizan el estudio y descripción de lo que dicen los textos, definiendo y separando lo complementario de lo principal. Para ello, existen varias perspectivas de acercamiento al problema. Por una parte, el análisis de FORMA, que se centra en COMO se están diciendo los mensajes dentro del contenido y aquello que narran, es decir, como se presentan explícitamente, usando al efecto ciertos signos o claves paralingüísticas. Por otra parte, es interesante conocer los alcances de las informaciones y para ello es preciso entender "QUÉ se dice", examinando lo expuesto, sin atribuir importancia a los rasgos del continente, sino privilegiar el contenido.

En todo caso, el análisis debe ser verificable, mediante referencias a elementos presentes y ausentes en el texto; de allí la necesidad de enfrentar esta tarea con una bateria de métodos prediseñados, pero adaptativos, según sea el objetivo a cumplir. Algunas personas piensan que hay que comenzar por una síntesis de contenido y la definición de los términos clave; otros piensan que es preciso separar primero el contexto y luego enfrentar el texto, por cuanto no sólo es preciso conocer lo que está dicho y cómo se dice, sino entender sus significantes y profundidad en el documento, de acuerdo a las circunstancias que generaron su redacción (enfoque genético).

En todo caso, todo documento contiene potencialmente una cantidad de información que habla básicamente de tres fenómenos: su grupo de pertenencia, los hechos relatados y los efectos buscados.

En cuanto a lo que DICE un mensaje, éste siempre refleja intenciones, propósitos y circunstancias de algún tipo, que explican un entorno. Respecto del AUTOR, éste posee obviamente: valores, cultura profesional, universo semántico, personalidad, tal vez algún nivel de ideología, marco referencial de imágenes, expectativas, conciencia, capacidad de manejo de situaciones, en suma: una particular COSMOVISIÓN. En consecuencia, los resultados más seguros serán los que provengan de aquellos análisis cuyos objetivos se limiten a obtener, a lo menos, información del mensaje fundamental: ¿cuál es y cómo se dice?.

Para el analista, la tarea no es simple; él debe ver lo que los ojos simples no ven, dirigiendo la atención sobre ciertas propiedades del texto, que inicialmente sólo pueden ser discernidas o percibidas por especialistas y desde allí descomponer el TODO en tantas partes orgánicas como sea considerado necesario. Por lo tanto, el análisis es antes que nada un procedimiento de descripción, clasificación y transcripción de los contenidos de un texto, siguiendo las normas de un código; ello conlleva la definición de categorías las que, basadas en un esquema metodológico, son utilizadas por el analista para acceder a los mensajes y a las significaciones fundamentales de los contenidos.

En consecuencia, analizar contenidos y mensajes es procesar, por medio de un método -evaluado como "seguro"-, las informaciones que se encuentran en ellos, registrando lo que contienen y descubriendo su significado profundo tras la forma en que se presentan. Por tanto, se trata de un proceso que asocia descripción, clasificación y transcripción, mediante sucesivas comparaciones y asociaciones, que se ejecutan siguiendo un código prediseñado al efecto (en función del objetivo). Desde el punto de vista de la clasificación general de los contenidos esenciales, existen diversos tipos de objetivos presentes en los mensajes; ellos pueden ser, pragmáticos, ideológicos, instrumentales, circunstanciales, etc. En consecuencia, si lo que se desea es conocer cuales son los principales objetivos prácticos recurrentes para efectuar dichos análisis, es posible definir los siguientes:

De entre las numerosas dificultades que el analista encuentra en su tarea, está el uso intencionado (por parte de los autores) de técnicas subjetivas de empleo de lenguaje, tales como Manipulación y Distorsión, utilizadas con el objetivo de engañar o direccionar al receptor. De esa manera, el cuerpo de conocimientos sobre el tema analizado debe enriquecerse, especialmente cuando el estudio práctico se conecta con alguna teoría o modelo interpretativo, pertinente o afin.

La idea central que se deriva de lo anterior es que todo problema el de análisis existe porque el analista percibe dudas acerca de verdadero discurrir lógico, lo que se resolverá examinando los mensajes y la esencia del contenido. Ello se realizará bajo la forma de identificación de una interrogante, que es una incógnita sobre la cual existe interés por conocer su significado, su proyección y las razones fundamentales que explican su ocurrencia.

Desde el punto de vista operacional, el analista busca identificar primeramente el concepto central, que es la propiedad o atributo que se supone está siempre presente tras el mensaje principal; es decir, lo que se pretende determinar con el propósito de descubrir como se manifiesta y actúa en el conjunto del contenido. Es la característica observable principal que interesa examinar, así como su relación con los mensajes asociados (si los hay). Esos parámetros relacionados pueden ser considerados metodológicamente por el analista como variables dependientes y pueden ser medidos o comparados en consecuencia.

Una vez considerado lo anterior, se sugiere al analista proceda a definir, ya sea el objeto de análisis o el sujeto de la observación, precisando la característica que se examinará, la valoración de la misma (importancia) y el rol del objeto-sujeto, en sus expresiones o bien, respecto del modelo de entorno. Por consiguiente, se produce la siguiente secuencia:

Al respecto, no se debe olvidar que toda expresión o término es portador de una diversidad de significados, por ello se requiere delimitarlos en un contexto de estudio, tanto conceptual como temporal.

VI. CATEGORIZACION DE PROCEDIMIENTOS ANALITICOS.

En cuanto a las modalidades de procedimiento, existen aspectos relevantes que el analista estudia al enfrentarse a un cuerpo de contenidos que debe ser desglosado, mas allá del concepto central del problema. Para ello utiliza las denominadas CATEGORIAS DE ANALISIS, que son los códigos transcriptores de los mensajes analizados (ésto es, su clasificación). Las categorías son conceptos clasificatorios a través de los cuales el analista intentará encontrar respuestas a un problema ya definido. Conceptualmente, una categoría se entiende como una noción general que representa un conjunto o un tipo definido de características y atributos, lo que autoriza a agruparlas en una misma clase.

Operacionalmente, la tarea que debe realizar el analista es definir una pregunta de fondo que se dirige al contenido y sus mensajes; para ello, realiza el llamado Análisis Estructural, que privilegia el uso de conceptos específicos, tales como:

De la aplicación de lo antes expuesto, el analista constatará que se derivarán dos tipos fundamentales de "ejes lingüísticos": el eje SINTAGMATICO o de OPOSICIÓN, cuyo carácter lineal ya se ha descrito y el eje PARADIGMÁTICO o de SIGNIFICACIÓN, que recuerda el desglose de un árbol lógico, donde prima el carácter asociativo, pues a partir de un término dado, (tomado como centro), convergen o se derivan otros términos, cuyo alance es indefinido. Estos dos "ejes" servirán de guía al analista, tanto en la búsqueda del orígen de la forma lingüística analizada, como en su estructura interna, ayudándole en su tarea descubridora de significados y características.

Las características de mayor riqueza de contenido heurístico (manifiesto), serán las que provengan de una erudición mas profunda sobre el tema que se está investigando, apoyada en un cuerpo de conocimientos disponibles, mas o menos estructurado. Pero ese logro sólo es posible si interviene el profesional del procesamiento, que es el analista. Es el quien metodológicamente determina y emplea con propiedad los procedimientos del análisis, en función de las interrogantes con que se enfrenta al contenido por analizar y sus mensajes incorporados.

Respecto de los MENSAJES, se definen experimentalmente seis (6) funciones principales que éstos pueden cumplir, dentro del lenguaje de los contenidos de un texto:

Además, frente a la presencia de MENSAJES, el analista utiliza operacionalmente dos líneas de trabajo: primero, se definen criterios categorizantes para acercarse al objeto de estudio; segundo, se propone enfrentarse específicamente al conjunto de mensajes, sin un código preestablecido y desde allí, proceder a la construcción de una clasificación. Para tal efecto, las categorías se agrupan principalmente en:

Al respecto, cabe recordar la relación existente entre categorización y polisemia, que es la riqueza de significados que puede encerrar una expresión y cuyo conocimiento es necesario determinar a priori.

Desde una óptica clasificatoria, es dable informar que, las CATEGORIAS DE ANÁLISIS pueden dividirse en:

Las categorías actuarán entonces, como el código a través del cual el analista leerá los mensajes del contenido, que pueden surgir, tanto de la interrogante inicial, como del material de información disponible sobre el tema en estudio.

En cuanto a la constitución del CORPUS, éste se define como el conjunto de material que contiene las informaciones y características que interesa descubrir; son las partes del contenido en que se busca la razón última de un problema analizado. Puede estar conformado por textos completos o sólo "unidades de muestreo", según el tamaño del material en estudio. En términos objetivos, el Corpus es el conjunto de documentos que se reúne para el trabajo analítico, cuando ya se ha establecido con precisión el objetivo de búsqueda que se persigue, al llevar a cabo el proceso de análisis y, por ello, si es muy abundante, se tomará sólo una muestra representativa. Por extensión, se considera al Corpus como el conjunto de mensajes y contenidos de un texto, donde hay razones para presumir que el analista encontrará respuesta a la interrogante inicial y que representa el motivo para realizar el trabajo de análisis.

VII. ANALISIS DEL "PROCESO DE INTERLOCUCION".

El marco general del proceso de interpretación de informaciones, -dentro del cual se inscribe la tarea de análisis-, considera de la mayor importancia al denominado fenómeno de interlocución, faceta del proceso de comunicación que supone las siguientes dos interacciones:

En cuanto a su desarrollo específico, éste se proyecta en base a dos componentes:

En lo referido a su realización práctica, por parte del analista, considera la existencia de tres planos de procedimiento:

En consecuencia, al estudiar el discurrir del fenómeno denominado creación intelectual, el analista descubre la ocurrencia de una serie de interacciones entre el autor y sus ideas que, al final, se expresan en una serie de decisiones que el autor realiza antes y durante las diferentes instancias de elaboración, lo que conlleva el proceso de reunir, organizar y comunicar los resultados de su pensamiento. Dichas opciones son importantes objetos de estudio para el analista, porque manifiestan de una u otra forma su orientación en la superficie del discurso definitivo.

En la comunicación científica, por ejemplo, (tradicionalmente considerada como reflejo fiel de fenómenos observados en el mundo, con carácter supuestamente neutral y objetivo), se analiza actualmente el producto de diferentes líneas de pensamiento, inmersas en la cultura, que se expresan a través de un texto dotado de algún tipo de retórica. Ello está referido además, a los esquemas de ideas de la disciplina que se trate y a las convenciones del género o tipo de trabajo. En consecuencia, para el analista profesional se plantean tres desafíos inmediatos en este ámbito:

En consecuencia, el analista debe preocuparse de identificar y evaluar las conexiones intencionales y contextuales que ocurren en el dominio de un área temática, que se desarrollan mediante un tipo de discurso dado y que se expresan en un "producto-texto" determinado. Por ejemplo, es el caso de las conexiones intencionales que permiten al analista identificar la existencia de una fuente enunciativa (singular, colectiva y/o plural) que sirve para reconocer en ella los objetivos del comunicante, esto es, saber "quien" está presentando sólo información o bien, "quien" está proporcionando pruebas, "quien" está proporcionando un método o procedimiento, o "quién" está evaluando evidencia, (la suya o la de otros); además, le permite saber "a quién" está siendo dirigido un cierto mensaje. El "auditorio" puede ser un grupo restringido de especialistas o bien, una comunidad de pares quienes en su conjunto, conforman una comunidad (nacional o internacional) que cultiva una profesión o una rama del saber, y por tanto, es dable evaluar los efectos que tales acciones o dichos pueden provocar en los receptores, a diferencia de los efectos que el texto provocaría entre un auditorio NO-EXPERTO.

Por otra parte, es evidente que las reacciones de los receptores resultan ser de: "acuerdo" o de "desacuerdo" y pueden representarse a su vez, por la producción de cambios de direccionalidad en las actitudes, expresadas en acciones opcionales tales como: adherir/rehusar, admitir/denegar, aceptar/rechazar, legislar/archivar, o bien mediante planteamientos, procedimientos, pruebas, y/o recomendaciones que, en definitiva pueda aportar un informe, libro, artículo, video o documento determinado.

También se producen las llamadas conexiones de contexto, que son efectos provocados en el receptor por los factores y parámetros que inciden en la construcción/reconstrucción del "QUE", es decir, por la representación textual. Este parámetro corresponde a la materia enunciada; en otras palabras, al contenido proposicional, así como a las opiniones y puntos de vista comunicados, que se relacionan con ese contenido. Si para la adecuada evaluación de las conexiones intencionales, el análisis debe focalizarse en las interacciones entre los actores o participantes (representadas por los parámetros "quién /a quién"), las conexiones contextuales deben analizarse a la luz de los parámetros "cómo" y "dónde", los cuales representan las convenciones y restricciones del "género" y de las normas del vehículo de comunicación, respectivamente.

Desde el punto de vista de la actividad del procesador de las informaciones, es claro que en todo documento analizado, le será posible encontrar tres "PLANOS-FUENTE" de extracción de datos:

En cuanto a las proposiciones de los ENUNCIADOS su veracidad y su atingencia, se pueden considerar desde tres perspectivas posibles:

METODO DE EMPLEO:-

Una vez que el analista ha reunido un CORPUS de información, le es posible emplear un método lógico-deductivo para el estudio de los fenómenos considerados, que aplica una fórmula clásica de referencia a posibilidades, tales como: presencia/ausencia, diferencias de grado, o intensidad/tiempo, entre otras. Ello le permite detectar e interpretar diferencias de modo y grado, útiles para una eventual predicción, tanto para evaluaciones objetivas como para evaluaciones subjetivas, evidenciables a través del léxico y su estructura de relaciones, de acuerdo a la siguiente lógica:

Explicación:

Como una forma de eliminar supuestas entidades inútiles de un texto, existen modalidades de oposición esencial para la resolución de la dicotomía SER/NO SER y lograr que se proyecten los juicios de veredicto y los juicios de atributos; los primeros son de índole cuantitativa y los segundos son de tipo cualitativo. En síntesis:-

VIII. DEFINICION DE UNIDADES DE ANALISIS.

Al proceder al análisis de una materia, el analista debe utilizar criterios categorizados para clasificar y dividir la documentación que a primera vista parece caótica, para facilitarse la tarea de encontrar respuestas al problema planteado. Gracias a ello, creará entonces, unidades de significado, cuya dimensión es variable, de acuerdo a su naturaleza, pero que poseen una raíz común.

Como ejemplos de Tipos de Unidades de Significado, Clasificatorias pueden citarse:

Los ejemplos genéricos anteriores justifican su empleo en la medida que las Unidades de Análisis son segmentos en que se divide el corpus para su estudio. Son trozos de un TODO que permiten al analista observar, decodificar, clasificar, reordenar y examinar datos e informaciones, para facilitar su trabajo de análisis y ayudar a obtener el conocimiento de su significado real.

Principales Tipos de Unidades de Análisis:

En consecuencia: cuando un analista necesita establecer categorías, se pregunta: ¿Qué voy a buscar? (actores, valores, actividades); cuando necesita determinar unidades de observación que integran el CORPUS, se pregunta: ¿Dónde voy a buscar aquello que deseo encontrar? (en informes, en alocuciones, en programas, en titulares, en ilustraciones) y cuando necesita reconocer las unidades de registro, se preguntará, ¿Cómo lo voy a encontrar? (¿de qué forma?) (revisando grupos de palabras, oraciones, gestos, temas, imágenes, titulares). Todo ello se entiende porque en el análisis, el procesador examina prolijamente el CORPUS y luego procede a decodificar los mensajes de su contenido, a la luz de las categorías que estableció previamente.

IX.OPERATORIA ESPECIFICA DEL ANALISIS DE CONTENIDOS Y MENSAJES:

Fases de Trabajo:

1) "Levantar" información: el analista lee y relee con cuidado cada trozo de contenido, descubre los mensajes o trozos de mensaje, extrayendo los conceptos y significados que correspondan, y define las categorías que se utilizarán respecto al asunto en estudio; por ejemplo:

Luego, todas las expresiones y detalles correspondientes, ya identificadas, las clasificar dentro de cada una de las categorías. Para ello, el procedimiento mas simple es la denominada "ventana", que separa y ordena contenidos al mismo tiempo. También es posible construir "árboles lógicos" simplificados.

2) Verificar si se justifica algún reordenamiento de los datos, comprobar la fiabilidad de los mismos, llevarlos a tablas, hacer comparaciones, buscar semejanzas, oposiciones, coincidencias, etc. y a partir de ese cúmulo de informaciones parciales, establecer si el procedimiento metodológico ha sido el adecuado, mediante el empleo de indicadores de coherencia interna y retroalimentación.

3) Describir de manera precisa los fenómenos que descubra en el "texto", buscando establecer relaciones entre categorías, tales como:

4) Tratar la información: al relacionar lo que ocurre entre las diversas categorías, por vía de la comparación, descubre que son sólo algunos tópicos o temas los que presentan consistencia, en cuanto a la valoración que el

medio les otorga; en consecuencia, se comprueba que será la combinatoria de preparación profesional, experiencia, creatividad, agudeza y habilidad del analista, el elemento crucial para visualizar la pertinencia de las asociaciones de ideas que se tendrán en cuenta y ello será producto directo de los diversos factores intervinientes de tipo profesional: aciertos anteriores, capacidad de productividad, capacidad de imaginación, intuición, motivación y constancia, entre otros. Es el factor humano, desempeñándose en todo su potencial, aportando lo que parece insustituible: la capacidad de pensar creando.

Esta etapa es, en síntesis, la búsqueda incesante de la respuesta a la pregunta inicial (el objetivo), mediante la comprensión de los textos, -según códigos preestablecidos por las categorías-. Bajo su directriz, se ordenan las unidades de análisis (en frases y palabras) y se orienta el resultado del procesamiento.

5) Interpretar: Es la etapa en la cual el analista se propone entregar explicaciones tentativas respecto de las relaciones encontradas en mensajes y contenidos, es decir, el orígen de las razones que ha detectado. A partir de ello, es posible proponer hipótesis confiables. Es por tanto, el ejercicio de la búsqueda de significados, es preguntarse: ¿Qué quiere decir lo que se ha encontrado?.

6) Concluir: Corresponde a un esfuerzo de síntesis del analista para que "los árboles dejen ver el bosque". Es la ordenación esencial de los productos de información encontrados. Es la oportunidad de conectarlos, mediante una respuesta global, con el problema planteado en un principio, satisfaciendo así, la necesidad de saber de quien originó la solicitud de analizar.

En esta etapa de operatoria específica, el analista desarrolla dos tipos de actividades intelectuales. Una de ellas es la recapitulación, donde aún no hay verdades absolutas o inamovibles; la otra es la integración orgánica de lo antes descrito, desde donde es dable hipotetizar proyecciones, efectos o relaciones con otras informaciones afines. Sólo a partir de ello le será posible imaginar las eventuales tendencias del asunto una vez conocido y por consecuencia, dimensionar sus posibles perspectivas.

X. DEFICIENCIAS Y FALLAS EN EL PROCESO DE ANALISIS.

Si se tiene presente, como se ha explicado, que la interpretación de las informaciones sujetas a un metódico proceso de análisis es una tarea esencialmente humana, es dable pensar que, dada su naturaleza intrínseca, se genera una cierta medida de falibilidad y diversas formas de sesgo, ya sea por omisión o por orientación personal involuntaria del analista, lo cual incide directamente en las conclusiones que puede obtener y por tanto, en las respuestas (informes) que se remitirán al destinatario (usuario).

En consecuencia, el primer paso hacia la comprensión de este fenómeno, -netamente humano-, es la distinción de cada una de las principales debilidades del proceso analítico, partiendo por las eventuales carencias de entrenamiento y formación de los analistas para terminar por la orientación directiva y las metodologías empleadas. No se debe olvidar que los problemas relacionados con el empleo de la mente sólo pueden ser solucionados mediante cambios de actitud y corrección de juicios, a la luz de una doctrina profesional junto a una orientación temática, capaces de realimentar el esquema de principios, valores y conceptos del individuo.

Es un hecho que la inhabilidad para predecir el futuro es, en términos reales, una situación incontestable; pero no es menos cierto que, cuando las orientaciones fundamentales de un proceso en curso se han perdido, sólo es posible reemplazarlas, en subsidio, por alternativas de factibilidad, en base a la tendencia humana de explicar los eventos futuros de acuerdo a expectativas o creencias.

Por causa de la humana costumbre de establecer y fijar juicios o percepciones de la realidad y luego aceptar sólo aquellos hechos acordes a esas percepciones (rechazando todo aquello que parezca distinto), no siempre se cumple la tarea de realizar una evaluación objetiva de las condiciones que llevaron a aceptar la percepción inicial. Esa ilógica persistencia dogmática frente a la evolución de los hechos, produce un abierto rechazo frente a las informaciones realimentadoras; entonces, la falla puede producirse no sólo por falta de datos originales y confiables, sino por una evaluación errónea que les otorga un carácter irrelevante. Esto es sensiblemente riesgoso tanto cuanto los peligros potenciales bajo estudio se transforman en amenazas reales y, pueden significar daños irreparables, por causa de insuficiencias en la prevención.

En consecuencia, es indispensable conocer y evaluar, para luego tratar de disminuir al máximo, los factores y variables que inciden en la ocurrencia de fallas; pero ello es posible sólo si se les define y aisla, tanto en sus orígenes, como en la mecánica de su aparición.

La experiencia proveniente del estudio de los errores mas comunes, -que afectan el trabajo analítico-, (desde una perspectiva histórica de los últimos cien años), define las siguientes causales recurrentes:

Son entonces las capacidades de discernir, conjeturar y priorizar, los factores decisivos que deben motivar la respuesta humana frente al discurrir de un proceso que no es dable modificar, pero que es vital entender y proyectar en sus opciones de comportamiento futuro. Por otra parte, es un hecho que muchos decisores del mas alto nivel procesan información a través de sus propias y legítimas pre-concepciones. De allí la necesidad de optimizar el juicio de la autoridad, agregando a su natural aptitud de gestión, la asesoría de la sistemática y los procedimientos analíticos de especialistas, creando una actitud de serena tolerancia frente al abanico de opciones que una situación puede adoptar, en virtud del comportamiento de sus constituyentes. Pero, tal vez, lo más importante sea la aspiración por lograr una permanente actitud equilibrada entre alerta y serenidad, desde donde sea posible estimar la lógica de un proceso complejo, sus parámetros esenciales y accesorios, las motivaciones originarias, las probabilidades de impacto en el Medio de Pertenencia y por tanto, las respuestas que se puedan generar en cada caso. Todo ello, destinado a enfrentar y solucionar los problemas o riesgos ya identificados, con el propósito de materializar una asesoría eficiente, capaz de potenciar decisiones asertivas.

XI. CONCLUSIONES ESPECIFICAS.

- El cultivo de la virtud de conocer, traducida en una vocación por alcanzar mejores niveles de pensamiento que lleven con el tiempo a la SABIDURÍA, es la esencia mas prístina de la carrera profesional del ANALISTA, un proceso deseable pero por sobre todo necesario para dignificar esta profesión. Sólo metas difíciles de alcanzar demuestran la imprescindible voluntad por transcurrir hacia estados superiores de la conciencia, indispensables para la reflexión mas serena y el ejercicio profesional mas íntegro.

- La utilización parcial de una buena producción de informaciones es responsabilidad única de los decisores y no de los analistas que la realizaron, de acuerdo a su preparación profesional.

- El empleo de reportes de información procesada para adoptar decisiones que vayan más allá de sus contenidos y alcances, puede resultar altamente riesgoso, pues su base de sustentación no es ilimitada.

- El usuario de productos de información debe estar consciente de las capacidades y posibilidades de desarrollo de los acontecimientos, de la ocurrencia de situaciones fortuitas y de la eventual presencia de voluntarismos en los actores involucrados, sean estos: sociales, económicos, políticos, estratégicos, etc.

- La forma mas efectiva para incrementar la productividad de los analistas, consiste en facilitar la colaboración de todos los estamentos participantes y evitar la redundancia en la solicitud de trabajos repetitivos, incorporando los temas de larga vigencia en boletines de periódicidad regular.

- Para un mejor aprovechamiento del flujo de información mundial y nacional, -cada vez mayor-, es indispensable la existencia y desempeño eficiente de analistas-sintetizadores-básicos, cuya misión, -por área-, debe ser la separación y clasificación de datos para permitir una labor de producción más fluída y oportuna en los niveles analíticos superiores.

- Es tan importante, en la etapa de procesamiento, saber preguntar como saber responder, para lograr un mejor servicio al usuario. Esto significa instituir medidas de control de calidad de la información, tanto para los directivos como para los analistas.

- El apoyo tecnológico (como es el caso de los sistemas computacionales) en sus variadas expresiones, sólo permiten disponer de datos e información en forma mas oportuna e interactiva. Sin embargo, detrás de su empleo, debe existir un concepto asimilado a una Doctrina Tecnológica, que considere en su expresión cuál es el verdadero rol y cuáles los alcances que puede brindar la infraestructura tecnológica, en el esfuerzo de procesamiento informativo para permitir su mejor aprovechamiento.

- Un buen análisis es aquel que cumple a cabalidad con eficiencia y eficacia, todas las etapas metodológicas de un modelo de análisis, sumadas a la condición de producir resultados asertivos, precisos, útiles y oportunos para la toma de decisiones, respecto de un asunto en estudio.

- Un buen analista debe reunir en sí, las altas virtudes del estudio sistemático, la curiosidad científica y la imaginación prolífica, aunando a sus aportes con el valor de la experiencia y el trabajo profesional sistemático junto a una natural creatividad, en el ejercicio cotidiano de una profesión erudita, silenciosa y aun desperfilada.

CONCLUSION GENERICA.

Util, breve, objetivo y oportuno, son los nuevos rasgos concretos de la vieja máxima: Poco, Bueno y A Tiempo.

XII. BIBLIOGRAFIA.

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